La Regencia de Espartero (1840-1843): Triunfo y Caída de un General Liberal

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La Regencia de Espartero (1840-1843): Triunfo y Caída de un General Liberal

La Regencia de Espartero (1840-1843) representa uno de los periodos más intensos y complejos de la historia contemporánea española. Baldomero Espartero, héroe de la Primera Guerra Carlista y destacado líder progresista, asumió la regencia del reino durante la minoría de edad de Isabel II tras el exilio forzoso de la reina gobernadora María Cristina. Su breve pero significativo mandato estuvo marcado por profundas contradicciones: mientras se erigía como símbolo del liberalismo progresista, su estilo de gobierno autoritario y sus decisiones políticas controvertidas provocaron un creciente descontento que culminaría con su caída tres años después.

«Cúmplase la voluntad nacional» – Frase atribuida a Espartero al aceptar la regencia en 1840

Contexto Histórico: España antes de la Regencia

El legado del Absolutismo y la Transición Liberal

Para comprender la llegada de Espartero al poder, debemos remontarnos al convulso panorama político que se desarrolló tras la muerte de Fernando VII en 1833. El fallecimiento del monarca absolutista desencadenó un conflicto dinástico entre los partidarios de su hija Isabel II, respaldada por los liberales, y los defensores de su hermano Carlos María Isidro, apoyado por los absolutistas.

Este enfrentamiento derivó en la Primera Guerra Carlista (1833-1840), un sangriento conflicto civil que dividió España entre dos concepciones antagónicas de la organización política, social y económica del país:

  • Los carlistas: defensores del Antiguo Régimen, la monarquía absolutista y el poder de la Iglesia.
  • Los isabelinos o cristinos: partidarios de las reformas liberales y el constitucionalismo.

Puntos Clave:

  • Divisiones Internas: Dentro de ambos bandos existían diferentes corrientes. Los isabelinos se dividían entre moderados y progresistas, con visiones distintas sobre el alcance de las reformas. Los carlistas también tenían sus matices, aunque su núcleo ideológico era más homogéneo.
  • Apoyo Internacional: Los isabelinos contaron con el apoyo de potencias liberales como Gran Bretaña y Francia (Cuádruple Alianza). Los carlistas, aunque no tuvieron un apoyo oficial significativo, recibieron simpatías de sectores conservadores europeos.
  • Evolución: Con el tiempo, las posturas de ambos bandos evolucionaron y se adaptaron a los cambios políticos y sociales.

La Regencia de María Cristina (1833-1840)

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de Isabel II, asumió la regencia tras la muerte de Fernando VII. Para asegurar el trono de su hija, la regente se vio obligada a buscar el apoyo de los liberales, quienes exigieron reformas políticas y constitucionales a cambio de su respaldo.

Durante esta etapa, conocida como «Década Liberal», se produjeron importantes transformaciones:

  • Promulgación del Estatuto Real de 1834
  • Desamortización eclesiástica impulsada por Juan Álvarez Mendizábal
  • Constitución progresista de 1837

Sin embargo, el gobierno de María Cristina estuvo caracterizado por constantes tensiones entre las diferentes facciones liberales:

  • Los moderados: partidarios de un liberalismo conservador y centralista
  • Los progresistas: defensores de reformas más profundas y mayor participación popular

«Los moderados nos han engañado; los progresistas nos venderán» – Atribuido a María Cristina en 1840

Puntos Clave:

  • Evolución: Las posturas de ambos partidos evolucionaron a lo largo del reinado de Isabel II, influenciadas por los acontecimientos políticos y sociales.
  • Tácticas Políticas: Los moderados tendieron a favorecer el orden y la estabilidad, recurriendo en ocasiones a la restricción de libertades para mantener el poder. Los progresistas apelaron más a la movilización popular y a la defensa de la Constitución.
  • Alternancia en el Poder: La lucha por el poder entre moderados y progresistas fue una constante durante el reinado, marcada por pronunciamientos militares, cambios de gobierno y períodos de mayor o menor liberalización.

El ascenso de Espartero

Baldomero Espartero emergió como figura clave durante la Primera Guerra Carlista. Sus victorias militares, especialmente el Convenio de Vergara (1839) que puso fin al conflicto en el norte, lo convirtieron en el militar más prestigioso del momento y en el principal símbolo del progresismo.

La confrontación entre progresistas y moderados se agudizó con la Ley de Ayuntamientos de 1840, que restringía la autonomía municipal. Esta ley provocó protestas populares en numerosas ciudades, especialmente en Barcelona, donde estalló una revuelta en julio de 1840.

Ante esta situación, María Cristina buscó el apoyo de Espartero para sofocar las revueltas. Sin embargo, el general, consciente de su posición de fuerza, exigió la derogación de la ley y la formación de un gobierno progresista. La negativa de la regente precipitó los acontecimientos:

  • Revolución de 1840 en Madrid y otras ciudades
  • Renuncia y exilio de María Cristina en octubre de 1840
  • Nombramiento de Espartero como regente en mayo de 1841
El abrazo de Vergara

La Regencia de Espartero: Política Interior

jura regencia espartero

El programa político progresista

El ascenso de Espartero al poder representó inicialmente el triunfo del liberalismo progresista. Su programa político se articulaba en torno a varios principios fundamentales:

  • Defensa de la soberanía nacional frente a la soberanía compartida
  • Ampliación de los derechos y libertades ciudadanas
  • Descentralización administrativa
  • Secularización de la sociedad
  • Profundización de las reformas económicas liberales

Sin embargo, la plasmación práctica de estos ideales fue mucho más limitada. Desde el principio, Espartero tuvo que enfrentarse a múltiples obstáculos:

Conflictos dentro del progresismo

El progresismo distaba de ser un movimiento homogéneo. Pronto se manifestaron divisiones entre:

  • Los esparteristas: leales incondicionales al regente
  • Los progresistas puros: críticos con el personalismo y autoritarismo del general

Estas tensiones se agudizaron con el nombramiento como ministros de hombres de confianza de Espartero, como Antonio González y el general Evaristo San Miguel, marginando a líderes progresistas históricos como Joaquín María López o Salustiano Olózaga.

Asalto al Palacio Real de Madrid por el general Diego de León en 1841

La oposición conservadora

Los moderados, desplazados del poder, no cesaron en su oposición al nuevo régimen. En octubre de 1841, organizaron una sublevación para restablecer la regencia de María Cristina, con el apoyo de los generales Diego de León y Manuel de la Concha.

El fracaso de la intentona y la ejecución del general León, muy popular en el ejército, aumentaron la animadversión hacia Espartero en amplios sectores de la sociedad.

«Muero por ser fiel a mi reina y a mis principios» – Últimas palabras atribuidas al general Diego de León antes de su fusilamiento

Política económica: el conflicto arancelario

En el ámbito económico, la decisión más controvertida de Espartero fue su política librecambista, materializada en el proyecto de tratado comercial con Gran Bretaña que preveía la reducción de aranceles para los productos textiles británicos.

Esta medida provocó un profundo malestar en Catalunya, donde la industria textil, protegida hasta entonces por altos aranceles, veía amenazada su supervivencia ante la competencia británica. El descontento catalán se materializó en diversas protestas que culminaron con la insurrección de Barcelona en noviembre de 1842.

La brutal represión ordenada por Espartero, que incluyó el bombardeo de la ciudad desde el castillo de Montjuïc, supuso un punto de inflexión en su regencia:

«Barcelona será destruida antes que desobedecida» – Palabras atribuidas al general Van Halen, responsable militar de la represión

BNE.Barcelona.Montjuic.Bombardeo.1842.detalle

Las relaciones con la Iglesia

Otro frente conflictivo fue la relación con la Iglesia Católica. El gobierno esparterista mantuvo una política regalista y continuó con las medidas desamortizadoras iniciadas por Mendizábal. Entre las medidas más polémicas destacaron:

  • Supresión del Tribunal de la Rota
  • Incautación de bienes del clero secular
  • Prohibición a los obispos de conferir órdenes sagradas
  • Ruptura de relaciones con la Santa Sede

Estas decisiones alimentaron la oposición al régimen en sectores conservadores y católicos, especialmente en las zonas rurales.

Política Exterior: Entre Gran Bretaña y Francia

La política exterior durante la regencia estuvo dominada por la rivalidad entre Gran Bretaña y Francia, las dos grandes potencias que se disputaban la influencia sobre España.

Espartero, veterano de la Guerra de la Independencia contra Francia, mantuvo posiciones claramente anglófilas. Esta orientación se manifestó en:

  • Estrechas relaciones con el embajador británico Arthur Aston
  • Proyecto de tratado comercial favorable a los intereses británicos
  • Organización del ejército según el modelo inglés

Por contra, Francia, que había acogido a la exiliada María Cristina, respaldaba a los moderados en su oposición a Espartero. Esta rivalidad tuvo implicaciones decisivas en la caída del regente, cuando Francia apoyó material y diplomáticamente la sublevación contra el general en 1843.

La Caída de Espartero: Coalición de Fuerzas Opositoras

Gestación de la oposición

A medida que avanzaba la regencia, Espartero fue perdiendo apoyos en todos los frentes. A principios de 1843, la oposición al regente incluía:

  • Moderados, nunca reconciliados con el régimen progresista
  • Progresistas descontentos con el personalismo y autoritarismo de Espartero
  • Militares ofendidos por los fusilamientos de compañeros en las intentonas moderadas
  • Burguesía catalana, enfrentada por la política librecambista
  • Amplios sectores eclesiásticos y católicos, alienados por la política religiosa

Las elecciones de marzo de 1843 dieron la victoria a los progresistas anti-esparteristas liderados por Joaquín María López, cuyo gobierno apenas duró unas semanas ante la negativa de Espartero a firmar una amnistía para los militares sublevados en 1841.

La revolución de 1843

Revuelta contra Espartero, Barcelona, 1842

La crisis definitiva se desencadenó en mayo de 1843, cuando los generales Prim y Serrano se pronunciaron en Reus y Barcelona respectivamente. A este movimiento inicial se fueron sumando nuevos pronunciamientos en diversas ciudades bajo el lema:

«¡Abajo Espartero y su camarilla! ¡Viva Isabel II! ¡Viva la independencia nacional!»

El regente intentó contener la rebelión marchando personalmente a Andalucía, pero la extensión del movimiento y la defección de numerosas unidades militares hicieron su posición insostenible. Tras ser derrotado por las tropas sublevadas en Torrejón de Ardoz, Espartero se vio forzado a embarcar hacia el exilio en Gran Bretaña desde el puerto de Cádiz el 30 de julio de 1843.

Pronunciamiento de Cataluña en 1843_PORTADA

Legado y Significado Histórico

La efímera regencia de Espartero representa uno de los intentos más significativos de consolidación del liberalismo progresista en la España del siglo XIX. Sin embargo, su fracaso puso de manifiesto las profundas contradicciones del proceso de construcción del estado liberal español.

Un balance contradictorio

El balance de la regencia esparterista presenta claroscuros evidentes:

  • Aspectos positivos:
    • Consolidación del régimen constitucional
    • Profundización de las reformas liberales
    • Fortalecimiento de la soberanía nacional frente a la soberanía regia
  • Aspectos negativos:
    • Autoritarismo y personalismo en el ejercicio del poder
    • Incapacidad para articular un proyecto político amplio e inclusivo
    • Subordinación a los intereses británicos
    • Represión de los movimientos populares

Consecuencias a largo plazo

La caída de Espartero dio paso a la llamada «Década Moderada» (1844-1854), caracterizada por políticas conservadoras y centralistas bajo el liderazgo de Narváez. Sin embargo, el legado del esparterismo perduró en la cultura política española:

  1. El general, tras su regreso del exilio en 1848, se convirtió en símbolo del progresismo español, llegando a presidir brevemente el gobierno durante el Bienio Progresista (1854-1856)
  2. La experiencia esparterista evidenció las limitaciones del pronunciamiento militar como vía de transformación política
  3. Las contradicciones de su gobierno contribuyeron a la aparición de opciones políticas más radicales como el Partido Demócrata
  4. Su fracaso reforzó la tendencia hacia un modelo liberal de carácter moderado y elitista que dominaría la política española durante décadas

«Espartero representa la principal y más significativa expresión del pretorianismo liberal español» – Historiador José Luis Comellas

En definitiva, la Regencia de Espartero constituye un episodio fundamental para comprender las dificultades y contradicciones del proceso de construcción del estado-nación liberal en España, un proceso marcado por la inestabilidad, el militarismo y la permanente tensión entre revolución y reacción.

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Manuel L.

Descubriendo esa historia tan desconocida y de la que tanto se ha escrito